Siglo XVIII
Para la sociedad capitalina de finales del siglo XVIII y de principios del XIX, la escuela
significaba distintas cosas para las distintas instituciones y grupos.
El estado pensaba que el principal papel de la
escuela era la formación religiosa y moral de los niños. La educación
debía servir primordialmente para enseñar la doctrina
cristiana
y la lectura, que era un auxiliar en el aprendizaje de la religión.
Uno de los motivos fundamentales para recomendar la fundación de las escuelas
pías
en 1786
fue “la multitud de jóvenes muy tiernos, y de mancebos muy adultos, vagando por
las calles y barrios, y muy ignorantes, aún de los principios esenciales de
Nuestra Religión para salvarse”
Las autoridades se preocupaban por la formación moral de la juventud:
transmitir una moral necesaria no solo para la salvación de sus almas sino para
el orden y la paz de la sociedad.
La influencia ilustrada se manifestaba en un mayor
interés por promover hábitos de la industria y habilidades técnicas entre los
educandos. No solo se esperaba producir un hombre religioso
y moral
sino un trabajador ordenado y capaz. De esa manera se recomendaba enseñar a los
niños de las escuelas pías, lectura, escritura y aritmética,
además de la religión.
La enseñanza religiosa y moral seguía en un lugar central, pero se añadieron otros
conceptos. Las Cortes siguieron haciendo hincapié en la instrucción técnica, e
introdujeron la educación civil para formar buenos ciudadanos, conscientes de
sus derechos y obligaciones. Así se incluyó en las asignaturas obligatorias
para las escuelas
públicas la enseñanza civil, y se
recomendó incluir el dibujo en el plan de estudios como preparación para carreras
técnicas.
Mediados del siglo XIX
Al subir al poder Manuel Ávila Camacho inicia una nueva etapa en la vida
nacional de México, ya con las reformas cardenistas en decadencia, el nuevo
modelo de unidad nacional cobra más fuerza con la reconciliación de las clases
sociales. En materia educativa se inicia con un nuevo principio denominado “la
escuela del amor”, que deroga la educación socialista, enfatizando la unidad,
la familia, los valores y la moral rescatando la labor docente y magisterial de
la devaluación social que habría sufrido en épocas anteriores. En esta misma
época y como consecuencia de esta labor se funda la Escuela Normal Superior de
México en 1922, que añadiría un esfuerzo en la profesionalización de los
profesores de educación secundaria que se encontraban sin un grado académico lo
que demeritaba sus condiciones laborales. Y para ello con un esfuerzo aún más
importante se institucionalizo el magisterio, otorgando al profesor el estatus
de trabajador del Estado, que conllevo a la fundación decisiva de la
organización que se encargaría de velar por los intereses de los profesores, el
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que en sus inicios se
aglutino de organizaciones sindicales lo que desencadeno en disputas,
conflictos y arduas negociones para la consolidación de este gremio.
Teniendo como antecedente la fundación de organismos magisteriales el
gobierno de Miguel Alemán dio pauta a la promulgación de la ley orgánica de
educación en 1942, que tenía como objetivo primordial la unificación de los
contenidos curriculares de la educación primaria que se iniciaría con el
proyecto de “escuela unificada”, dando paulatinamente orden al sistema
educativo que carecía de uniformidad institucional. En los años posteriores el
sindicalismo entro en conflicto con el estado, trayendo graves implicaciones
políticas y sociales causando una devaluación magisterial. Ya para 1958 en
presidente Adolfo López Mateos inicio una campaña para abatir el rezago
educativo que se gestó en la década pasada y responder a las demandas sociales
en cuanto a enseñanza primaria; instituyendo el Plan de Once años de la mano de
Jaime Torres Bodet, que tenía como ejes principales la expansión de la
educación primaria, la profesionalización de los docentes y la creación de la
Comisión Nacional de Libros de Texto gratuitos como primera etapa para acelerar
el crecimiento del sistema educativo. Aunque el Plan logro su objetivo, se vio
bajo la dura crítica de los sectores políticos y puso en ente dicho la calidad
educativa, por una parte se consideraba que el Plan era la consolidación de un
monopolio educativo que le restaba libertad a la educación y por otro lado
evidenciaba las deficiencias del currículo que se tradujeron en un
enfrentamiento ideológico. Ya durante el sexenio de Luis Echeverría, se inició
una reforma educativa de tras fondo que tenía como objetivo la reformulación de
los métodos, planes de estudio y libros de texto, cuyo objetivo era impulsar la
visión científica, histórica y de convivencia social.
Siglo XX
Durante el período que abarca
los años de 1901
hacia 2000,
el siglo XX,
la educación en México se vio envuelta en grandes proyectos educativos
nacionales; destaca la fundación de la Universidad Nacional Autónoma de
México en 1910,
institución que sustituyó a la Real y Pontificia Universidad de
México.
También destaca la fundación
de la Secretaría de Educación Pública
en el año 1921,
que sustituiría a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes.